jueves, 11 de febrero de 2010

4. El Tratamiento Fotográfico Digital

(c) Miguel Angel Muñoz Pellicer / http://www.photomamp.com/

Para corregir una imagen fotográfica con fines realistas, se necesitan muy pocas herramientas. El orden en su uso precedido de buena fotometría, pueden reducir mucho el tiempo de trabajo (y mejorar los resultados).

Cada vez nuestro trabajo es menos “cerrado” y el resultado final no depende exclusivamente de nuestro sistema; por el contrario, en muchas ocasiones nuestros archivos deben pasar a otros sistemas para labores de impresión final, verse correctamente en otros monitores, internet, etc. Cuando ésto ocurre, es aconsejable trabajar con un sistema perfectamente calibrado, que asegure la constancia y estabilidad en nuestros resultados.

La herramienta esencial que empleamos para valorar y modificar el contenido de nuestros archivos es el monitor. La información visual que obtenemos de nuestro archivo no es directa, si no mediatizada: el monitor traduce a valores cromáticos en pantalla, los valores numéricos del archivo. Los blancos más brillantes, las sombras más densas y las sutiles gradaciones entre ellos (para cada uno de los colores) serán para nosotros, en primera instancia, los que nuestro monitor nos muestre.

Si este monitor no ofrece una información fiable de qué hay en nuestro archivo, las decisiones y modificaciones que realicemos visualmente podrán diferir de la información numérica que realmente estamos guardando en nuestro archivo fotográfico digital. Y, por supuesto, cuando este archivo se muestre o se imprima en un sistema calibrado, los resultados podrán ser diferentes. La alternativa más económica, aunque más lenta e imprecisa, es la apreciativa (visual). No obstante, las calibraciones visuales, no pasan de ser buenas aproximaciones en la mayoría de los casos.

¿Qué hago si no tengo un calibrador?
Como alternativa, cuando no dispongamos de un calibrador de monitor por hardware, resulta recomendable consultar de forma contínua y paralelamente a la manipulación, información objetiva sobre los valores tonales de la imagen, su distribución en densidad y su distribución cromática. Dependiendo del software utilizado, estas herramientas pueden llamarse: “paleta info”, “histograma”, “mapa de colores”, “recoge-color”, etc.

Así mismo es muy recomendable trabajar con el mejor conversor de RAW – TIFF a nuestro alcance (las diferencias de resultado entre diversos conversores son apreciables).

En el presente, los programas para desarrollo o conversión de archivos RAW están evolucionando continuamente. Tanto en prestaciones, como en calidad de la conversión final. Ésta es otra de las razones para considerar la posibilidad de almacenar los archivos RAW, independientemente de los archivos actualmente considerados como altas resoluciones finales o archivos “máster” (TIFF o PSD generalmente).

En el próximo capítulo veremos la conversión del archivo RAW. Uno de los procesos más importantes (o directamente, el más importante) en la optimización de nuestro flujo de trabajo, rentabilización del tiempo y la mejora de la calidad en nuestras imágenes.
 
Los usuarios de Nikon, podéis consultar el artículo que publiqué hace meses en la sección "Nikon School" de la web Nikonistas (Nikon España):
http://www.nikonistas.com/digital/notices/casos_practicos_con_capture_nx_capture_nx2_2839.php
Probablemente (si dispongo de tiempo) publique en este blog ese mismo artículo con el fin de mantener más organizado este espacio.
 
Tras la conversión de archivos RAW con Nikon Capture NX / NX2, también veremos la conversión de RAW con Adobe Photoshop CS4, por ser una herramienta de uso mucho más general para cualquier usuario, de cualquier tipo de archivo RAW.
 
Todo esto será, en próximos capítulos...
 
Próximo capítulo:
5. Conversión del archivo RAW.

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